15 de julio de 2008

DOS ARTICULOS DE ALBERTO BUELA

Ni izquierda ni derecha: pensamiento popular



El lúcido pensador italiano Marcello Veneziani comienza un bello artículo sobre el antiglobalismo con la siguiente observación: 'Si te fijas en ellos, los anti-G8 son la izquierda en movimiento: anarquistas, marxistas, radicales,católicos rebeldes o progresistas, pacifistas, verdes, revolucionarios. Centros sociales, monos blancos, banderas rojas. Con el complemento iconográfico de Marcos y del Ché Guevara. Luego te das cuenta de que ninguno de ellos pone en discusión el Dogma Global, la interdependencia de los pueblos y de las culturas, el melting pot y la sociedad multirracial, el fin de las patrias. Son internacionalistas,humanitarios, ecumenistas, globalistas. Es más: cuanto más extremistas y violentos son, más internacionalistas y antitradicionales resultan'. (1)


Se da cuenta que la oposición desde la izquierda a la globalización es sólo una postura que se agota en una manifestación. Seattle, Génova, Nueva York, Porto Alegre, pero no pasa nada, 'el mundo sigue andando' como decía Discepolín.Es que la política del 'progresismo' como ha observado agudamente el filósofo, también italiano Massimo Cacciari, ordena los problemas pero no los resuelve. (2)


De esto mismo se percata el sociólogo marxista más significativo de Iberoamérica, HeinzDieterich Steffan (3) quien en un reciente artículo señala: 'Si la tarea actual de todo individuo anticapitalista es, por lo tanto, absolutamente clara: ¿Por qué 'la izquierda' y sus intelectuales no la encaran? ¿Por qué repiten en foro tras foro la misma letanía sobre la maldad del neoliberalismo y se contentan con sus ritualizadas propuestas terapeúticas inspiradas en Keynes,Tobin y Stiglitz? ¿Por qué no convierten la realidad capitalista en objeto de transformación antisistémica, en lugar de mantenerla como muro de lamentaciones?' (2)


El fracaso rotundo de la izquierda, hoy rebautizada 'progresismo', es que, además de no haber elaborado, deglutido sería el término exacto, la derrota del 'socialismo real' con la implosión soviética y la caída del Muro, no reelaboró sus categorías de lectura, y se quedó anclado al mundo categorial de Marx, Engels, Lenín, Rosa Luxemburgo y eventualmente Trotsky,haciendo arqueología política.


Lo más significativo del siglo XX, la escuela neomarxista de Frankfurt, luego de los esfuerzos de Adorno, Apel, Cohen y Marcuse, termina con el publicitado Habermas y su teoría del consenso (sin percatarse que el consenso siempre ha sido de los poderosos entre sí) y sus discípulos aventajados James Bohman y Leo Avritzer con su teoría de la democracia deliberativa o 'chamuyera', que como un nuevo nominalismo pretende arreglar las injusticias políticas, económicas y sociales con palabras. Conversando en una especie de asambleísmo permanente.


Si la izquierda está liquidada ¿qué queda de la derecha? ¿Se puede esperar algo de ella?De la derecha clásica, tanto del nacionalismo orgánico o integral al estilo de Charles Maurras, como del fascista de Mussolini o del católico de Oliveira Salazar no queda nada. Sólo trabajos de investigación históricos y pequeños grupos políticos sin peso en sus sociedades respectivas.


Eso sí, queda como derecha el neo conservadorismo estadounidense y los gobiernos que le son afines. Y de esta derecha liberal, la única que existe con peso político, solo se puede esperar que las cosas empeoren para la salud y el bienestar de los pueblos.


Si esto es así, denunciamos una vez más de entre las cientos de veces que lo hemos intentado mostrar, que la dicotomía izquierda-derecha es estrecha, por no decir falsa, para encarar una lectura adecuada de la realidad.Hoy situarse a la izquierda o a la derecha es no situarse, es colocarse en un no-lugar, sobre todo para el pensador (rechazo de plano el término intelectual) que pretende elaborar un pensamiento crítico. Y el único método que hoy puede crear pensamiento crítico es el disenso. Disenso no sólo con el pensamiento único y políticamente correcto sino también y sobre todo, con el orden constituido, con el statu quovigente.El disenso es estructuralmente una categoría del pensamiento popular, en tanto que el consenso, como vimos, es una apropiación de la izquierda progresista para lograr la democracia deliberarativa que tiene mucho de ilustrada, y también,aunque en otro sentido, propiedad del liberalismo como acuerdo de los que deciden, de los poderosos (G8, Davos, FMI, Comisión trilateral, Bildelbergers,etc.).El disenso que se manifiesta como negación tiene distinto sentido en el pensamiento popular que en el culto. En este último, regido por la lógica de la afirmación, la negación niega la existencia de algo o alguien, en tanto que en el pensamiento popular lo que se niega no es la existencia de algo o alguien,sino su vigencia. La vigencia puede ser entendida como validez, como sentido. (5)


El disenso niega el monopolio de la productividad de sentido a los grupos o lobbies de poder, para reservarla al pueblo en su conjunto, más allá de la partidocracia políticaLa alternativa hoy es situarse más allá de la izquierda y la derecha. Consiste en pensar a partir de un arraigo, de nuestro geniusloci dijera Virgilio. Y no un arraigo cualquiera sino desde las identidades nacionales, que conforman las ecúmenes culturales o regiones que constituyen hoy el mundo. Con esto vamos más allá incluso de la idea de estado-nación, en vías de agotamiento, para sumergirnos en la idea política de gran espacio y cultural de ecúmene.Desde estas grandes regiones es desde donde es lícito y eficaz plantearse el enfrentamiento a la globalización o americanización del mundo. Hacerlo como pretende el progresismo desde el humanismo internacional de los derechos humanos, o desde el ecumenismo religioso como ingenuamente pretenden algunos cristianos, es hacerlo desde un universalismo más. Con el agravante que su contenido encierra un aspecto de loable, pero vacuo, inverosímil y no eficaz a la hora del enfrentamiento político.Pero este enfrentamiento se está dando igual, a pesar de la falencia de los pensadores en no poder elaborarlo aún, a través del surgimiento de los diferentes populismos, que más allá de los reparos que presentan a cualquier espíritu crítico, están cambiando, como observa Robert de Herte (4) las categorías de lectura.


Así la oposición entre burgueses y proletarios de la izquierda clásica va siendo reemplazada por la de Pueblo vs. Oligarquías, sobre todo financieras y las de izquierda y derecha por la de justicia y seguridad.Así,mientras que desde la izquierda progresista la crítica a la globalización queda limitada a la no extensión de sus beneficios económicos a la humanidad sino sólo a unos pocos. Porque la izquierda, por su carácter internacionalista no puede denunciar el efecto de desarraigo sobre las culturas tradicionales y sobre las identidades de los pueblos. Su denuncia se transforma así, en un reclamo formal para que la globalización vaya unida a los derechos humanos.En cambio, es desde los movimientos populares que se realiza la oposición real a las oligarquías transnacionales. Es desde las tradiciones nacionales de los pueblos donde mejor se muestra la oposición a la sociedad global sin raíces, a ese imperialismo desterritorializado del que hablan Hardt y Negri. Es desde la actitud no conformista que se rechaza la imposición de un pensamiento único y de una sociedad uniforme, y se denuncia la globalización como un mal en sí mismo.Es que el pensamiento popular, si es tal, piensa desde sus propias raíces, no tienen un saber libresco o ilustrado. Piensa desde una tradición que es la única forma de pensar genuinamente según Alasdair MacIntyre (6), dado que 'una tradición viva es una discusión históricamente desarrollada y socialmente encarnada'. Por lo que les resulta imposible a los pueblos y a los hombres que los encarnan situarse fuera de su tradición. Cuando lo hacen se desnaturalizan, dejan de ser lo que son. Son ya otra cosa.----------------


NOTAS DEL AUTOR:


1.-El antiglobalismo de derecha. Marcello Veneziani (1955) periodista del Giornale ydel Menssaggero y colaborador con la RAI , es autor de varios ensayos entre los que se destacan: La rivoluzione conservatrice in Italia (1994),Porcesso all´Occidente (1990) y L´Antinovecento (1996). Podemosinscribirlo dentro de la corriente de pensamiento no-conformista.

2.- MassimoCacciari (1944). Filósofo, diputado del PC y Alcalde de Venecia hasta 1993.Autor de varios ensayos: L´Angelonecesario (1986), Dell´Inicio(1990), Dran: Meridianos de la decisiónen el pensamiento contemporáneo (1992), Geo-filosofíadell´Europa (1995). Pensador disidente de la izquierda europea.

3.-La bancarrota de la izquierda ysus intelectuales (31-3-04). Heinz Dieterich Steffan, es sociólogo yprofesor en la UNAM de Méjico y columnista del diario El Universal. Predicador itinerante en todoslos países de Nuestra América de un nuevo proyecto histórico del marxismo. Esautor de una treintena de libros entre los que se destacan: El fin del capitalismo global (1999) y La crisis de los intelectuales en AméricaLatina (2003).

4.-Robert de Hertees el seudónimo de Alain de Benoist (1943). Editor de las revistas Eléments y Krisis y autor deinnumerables trabajos entre los que cabe recordar Vu du droite(1977), Orientationspour des années décisives(1982), L´empireintérieur(1995), Au-dela des droitsde l´homme(2004). Es el más significativo pensador de una corriente de pensamiento noconformista, alternativa y antiigualitarista en donde se destacan, entre otros,Guillaume Faye, Robert Steuckers, Julien Freund, Alessandro Campi, ClaudeKarnoouh, Tarmo Kunnas, Thomas Molnar, Domminique Venner, Pierre Vial, JavierEsparza, Giorgio Locchi, etc.

5.- Sobre la relación entrepensamiento popular y negación puede consultarse con provecho el libro La negación en el pensamiento popular (1975)del filósofo argentino Rodolfo Kusch (1922-1979), así como nuestrotrabajo: Papeles de un seminario sobreG.R.Kusch(2000). Entre los no pocos filósofos originales que ha dado la Argentina (Taborda, deAnquín, Guerrero, Cossio, Rougés) Gunther Rodolfo Kusch ocupa un destacadolugar. No sólo por la originalidad de sus planteamientos filosóficos sinoademás porque los mismos han generado toda una corriente de pensamiento através de la denominada filosofía de la liberación en su rama popular

6.-Alasdaire MacIntyre(1929) es un filósofo escocés que vive y enseña en los Estados Unidos y que sedestacó por su crítica a la situación moral, política y social creada por elneoliberalismo Sus trabajos son el basamento de todo el pensamientocomunitarista norteamericano. Sus libros más destacados son: After Virtue (1981), WhoseJustice? Which Rationality? (1988), Threerival versions of moral enquiry (1990).



¿Que es Metapolítica?
Hace unos setenta años, en la Escuela Superior Alemana de Política, el filósofo Max Scheler. La mente más fértil de aquella hora, al decir de Ortega y Gasset, sostenía en su conferencia titulada El hombre en la etapa de la nivelación que: " Y aunque pasen muchos años aún hasta que esta élite incipiente, hoy todavía demasiado restringida a la crítica de la cultura, esté madura para la realidad de la vida, de manera que sea capaz también de aparecer en el espíritu de nuestra política, a fin de suplantar a los gobernantes y mantenedores de la presente conducción alemana".(1)
La idea que se desprende de esta cita es que el trabajo intensivo en el orden cultural es condición previa y necesaria para la toma del poder político.He aquí la primera acepción de metapolítica, como mera actividad cultural, pero que precede necesariamente a la acción política.
Pocos son los que saben que éste es el antecedente más lejano de la noción de metapolítica que comenzó a manejarse a fines de los sesenta por un grupo cultural francés conocido como nouvelle droite.
Su animador principal va a atribuir, no a Scheler sino, al marxista italiano Antonio Gramsci la paternidad de la idea al sostener explícitamente que: "Gramsci a mostrado que la conquista del poder político pasa por aquella del poder cultural"(2)
Así pues la metapolítica en una primera acepción significa la tarea de desmitificación de la cultura dominante cuya consecuencia natural es quitarle sustento al poder político, para finalmente reemplazarlo, y para esto último hay que hacer política.
Y acá surge la paradoja de la nouvelle droite, desde este punto de vista, y es que adoptando esta primera acepción ha querido desarrollar metapolítica sin política.Así lo afirma enfáticamente su fundador cuando sostiene:"Donde nosotros hemos siempre situado nuestra acción es sobre un plano metapolítico o transpolítico,a la vez cultural y teórico, y es esta una vocación que no sabríamos cambiar"(3).Sobre este tema el politólogo Marco Tarchi observa que la nouvelle droite no leva a cabo niguna acción política partidaria pues considera que los partidos políticos han sido superados en poder e iniciativa por los mega aparatos massmediáticos y que, es allí, en donde esta corriente de pensamiento intenta llevar adelante la disputa.
No obstante, esta acertada observación, el hecho de autolimitarse y limitar la metapolítica a una tarea cultural sin proyección política tiende a reducir a esta corriente a una especie de torre de cristal cartesiana en donde la competencia por sutilezas teóricas reemplaza, muchas veces, al compromiso con la realidad política por parte de sus cultores.
Una segunda significación del concepto de metapolítica la encontramos en la convergencia, sobre este tema específico,de las corrientes hermenéuticas y analíticas. La filosofía hermenéutica al tener la preocupación por la historia de los conceptos que lleva a cabo a través de la reflexión sobre el lenguaje con el rescate del "contexto" de los conceptos políticos en tanto condición indispensable para comprender, converge con la crítica analítica de los conceptos, con la diferencia que esta última tiende a la adopción de un lenguaje conceptual unívoco como el de las ciencias duras.
Manfred Ridel, discípulo y continuador de Leo Strauss, afirma esta coincidencia explícitamente al sostener que: " La metapolítica exige una analítica de los conceptos en el sentido de una reflexión hermenéutica y analítica de las actuales opiniones políticas preconcebidas, que es la que ha de abrir el acceso a una política sin metafísica política(4).
Vemos pues, claramente, como la intención de esta línea interpretativa consiste en intentar la disección de las opiniones políticas preconcebidas a través del análisis del lenguaje político pero sin predicación de existencia, presupuesto metafísico de la filosofía analítica. Esto es, una filosofía sin metafísica.
Se observa en esta segunda acepción de metapolítica una paradoja irresoluta, pues en tanto que hermenéutica sabe que todo interpretación presupone una valoración y en tanto que analítica, se autolimita al terreno exclusivamente neutral-descriptivo, con el agravante de la suspensión del juicio de valor, como consecuencia de la no predicación de existencia.
Esta concepción de la metapolítica tendiente a eliminar toda metafísica política de la política no deviene otra cosa que la justificación del statu quo reinante.
Una tercera acepción de la metapolítica esta dada por lo que se denomina tradicionalismo, corriente filosófica que se ocupa de del estudio de un supuesto saber primordial común a todas las civilizaciones. Cabe distinguir este tradicionalismo que por definición es ahistórico, de la tradición de un pueblo particular como historia de valores a conservar.
El máximo representante de esta corriente, en este tema, es el italiano Silvano Panunzio quien en su obra Metapolitica: La Roma eterna e la nueva Gerusalemme(Roma,1979) se ocupa detalladamente de los fundamentos de la metapolítica y su funcionalidad en nuestro tiempo.
Sin embargo es, su continuador, el agudo pensador italo-chileno Primo Siena, quien mejor define esta significación de metapolítica cuando sostiene:"Trascendencia y metapolítica son conceptos correlativos,por ser la metapolítica veraz expresión de una ciencia no profana y más bien sagrada; ciencia que por lo tanto se eleva a la altura de arte regia y profética que penetra en el misterio escatológico de la historia entendido como proyecto providencial que abarca la vida de los hombres y de las naciones. Por consiguiente, la metapolítica expresa un proyecto que - por la mediación de los Cielos- los hombres rectos se esfuerzan de realizar en la tierra, oponiéndose a las fuerzas infernales que intentan resistirles"(5).
Se desprende de la larga cita precedente que para esta interpretación la metapolítica es el fundamento último de la política y a la vez establece el paradigma en función del cual la política debe actuar.En definitiva, para esta línea interpretativa la metapolítica es la metafísica de la política.
Hemos visto tres claras acepciones de la noción de metapolítica, en primer lugar aquella de la nouvelle droite que pretende hacer metapolítica a secas; esto es, sin política.
En segundo término tenemos la postura analítico-hermenéutica que aspira a realizar metapolítica sin metafísica política.
Y por último tenemos la posición del tradicionalismo esotérico que intenta hacer metapolítica como metafísica política. Ante este cuadro, forzosamente sucinto, de la polémica en torno al medular concepto de metapolítica cabe preguntarse si las posturas son contradictorias, complemenarias o si , en todo caso, existe al posibilidad de ofrecer otra acepción. Existe una cierta coincidencia entre las dos primeras corrientes en cuanto a que la metapolítica es una reflexión crítica acerca de los preconceptos de la política. En tanto que la diferencia entre ambas se encuentra en la relación entre metapolítica y política. Así,mientras la nouvelle droite niega toda relación, la analítica-hermenéutica afirma que "abre el acceso a la política". Se da en esta comparación una coincidencia metodológica y una disidencia de carácter funcional.
Si comparamos ahora, estas dos corrientes con la tercera, no existen ni siquiera una coincidencia de carácter metolodógico, dado que el tradicionalismo no se propone un acceso metódico al saber metapolítico, sino que se limita a proponer un paradigma metapolítico - la ciudad primigenia como ciudad espiritual o civitas Dei- a la actividad política.Y si bien hay una cierta coincidencia con la corriente analítico-hermenéutica en cuanto a que las dos otorgan funcionalidad política a la metapolítica, ambas entran en flagrante contradicción puesto que una propugna una política sin metafísica en tanto que el tradicionalismo alienta una metafísica política.

Conclusión

Sin pretender agotar el tema y al mismo tiempo evitar caer en un sincretismo acomodaticio nosotros proponemos la siguiente acepción de metapolítica.
Como su nombre lo indica en griego thá methá politiká, la metapolítica es la disciplina que va más allá de la política, que la trasciende, en el sentido que busca su última razón de ser, el fundamento no-político de la política. Es una disciplina que tiene una doble cara, es filosófica y política al mismo tiempo.
Es filosófica en tanto que estudia en sus razones últimas la categorías que condicionan la acción política de los gobiernos de turno,pues"entiende la política desde las grandes ideas,la cultura de los pueblos, los mitos movilizadores de la historia"(6).
Y es política, en cuanto busca con su saber crear la condiciones "para suplantar a los gobernantes y mantenedores de la presente conducción",según palabras de Max Scheler.
Como disciplina filosófica exige un método y este puede ser el fenomenológico-hermenéutico, realizando la epojé (puesta entre paréntesis) de las opiniones pretéritas, preconceptuales o ideológicas, para intentar una descripción eidética (de los rasgos esenciales) lo más objetiva posible de los "hechos mismos".Para, en un segundo momento, pasar a la interpretación del lenguaje político.
Hasta aquí coincidiríamos en parte con la segunda corriente, pero la metapolítica, para nosotros a contrario sensu que ésta, no puede quedarse en un mero juicio descriptivo, sino que por su doble carácter de filosófica y política está obligada a emitir juicios de valor intentados.Y esto último la emisión de juicios de valores, en la crítica cultural, no conformista y contra corriente al discurso massmediático del establhisment es el mérito más significativo de la nouvelle droite.
En cuanto a la tercera acepción, la tradicionalista, creemos que la misma se vincula mucho más estrechamente, tanto por su saber inciático y esotérico como por su propuesta paradigmática, a una teología política que a una disciplina reflexiva y exotérica como la metapolítica.
Además, la metapolítica en cuanto disciplina bivalente no es un pensamiento simplemente teorético sino que exige abrirse a la acción política como productora de sentido dentro del marco de pertenencia o ecúmene cultural donde se sitúa el metapolítico.
Resumiendo nuestra propuesta tenemos, una disciplina cuyo objeto es doble. Es filosófico (se ocupa de los fundamenteos no-políticos de la política) y político (se ocupa de la proyección político-social de dichos fundamentos). Que puede utilizar con provecho el método fenomenológico-hermenéutico, pero que por su carácter de bivalente está obligada a emitir juicios de valor (prácticos) y no solamente juicios descriptivos(teoréticos). Al tiempo que por su propia índole exige el acceso a la política.

Notas

1.- Scheler, Max: Metafísica de la libertad, Buenos Aires, Ed.Nova, 1960,p.189.-
2.- Benoist, Alain de: Orientations pour des années décisives, Paris, Ed.La labyrinthe, 1982,p.12.- 3.- Benoist, Alain de: op.cit.p.11.-
4.- Riedel, Manfred: Metafísica y metapolítica,Bs.As.Ed.Alfa, 1976,p.8.-
5.- Siena, Primo:La metapolítica y el destino superior de nuestra América románica,conferencia en III Encuentro Iberoamericano de metapolítica, Viña del Mar,agosto 1995, p.2.-
6.- Vásquez Márquez, José A.: Encuentro de la América Románica,en revista Ciudad de los Césares Nº44, Santiago-Chile, 1996,p.33.-