28 de junio de 2009

EL IMPERIO GLOBAL CONTRA EL TERCER MUNDO

Por Walter A. Moore

La Cuarta Guerra Mundial, a la cual por sus características podemos llamar Guerra Sórdida, comenzó al mismo tiempo que la Guerra Fría. En realidad la confrontación Este-Oeste enmascaró una confrontación mucho más letal: la guerra que el Imperio Global desplegó contra el Tercer Mundial.

La oligarquía del Gobierno Global considera que el incremento de la población y el eventual progreso de los países del Tercer Mundo amenaza su hegemonía en los asuntos mundiales, porque esto limitaría su capacidad para seguir incrementando su riqueza y un dominio que les permite explotar sus recursos y esquilmar a sus pueblos sin contención alguna.

En esto el capitalismo financiero es ideológicamente opuesto al capitalismo industrial, que requiere el crecimiento de los mercados para aumentar sus ganancias por la venta de sus productos y servicios. La actividad especulativa es esencialmente opuesta a la actividad productiva y no requiere un crecimiento de los mercados sino de los intereses y los préstamos. Sin embargo, ambos grupos de multinacionales están dispuestos a explotar los recursos naturales de los pueblos del Tercer Mundo, y a sacar todo el dinero posible de los bolsillos de sus habitantes.

· LOS OBJETIVOS PERSEGUIDOS POR EL GOBIERNO GLOBAL

PUEDEN DIFERENCIARSE TRES OBJETIVOS CENTRALES:

· DISMINUIR LAS POBLACIONES DE LOS PAÍSES DEL TERCER MUNDO

Usando diferentes métodos genocidas, tales como el Genocidio Pasivo, obtenido con la promoción de políticas de control de la natalidad y destrucción de las familias en el Tercer Mundo.

También usan diferentes métodos de Genocidio Activo, a través de diferentes maneras de generar enfermedades, incrementar la mortalidad infantil, provocar conflictos bélicos, desarrollar políticas económicas que impiden que grandes sectores de la población tengan ingresos suficientes, entre otras modalidades.

· OBTENER EL CONTROL DE LOS RECURSOS NATURALES DE LOS PAÍSES DEL TERCER MUNDO

Tales como el agua y las tierras fértiles incontaminadas o las ondas electromagnéticas o los recursos minerales, que son cada vez más escasos y necesarios, y son la base estructural de los grandes beneficios de los países industrializados, que verían alterado todas sus economías si los precios de estos recursos aumentaran, siendo el petróleo un ejemplo paradigmático de esta situación. Para lograr esto usan todas las Formas de Guerra mencionadas más adelante.

· SUBORDINAR EL SISTEMA PRODUCTIVO DE LOS PAISES DEL TERCER MUNDO AL CONTROL DEL GOBIERNO GLOBAL

Lo cual constituye el principal objetivo de la llamada Globalización, de manera que el control político, cultural, económico, laboral, educativo, sanitario, urbanístico y emocional quede en manos de los grandes intereses de las corporaciones multinacionales, que decidirán a quien darán trabajo y a quien no, o sea quienes vivirán y quienes morirán de hambre y miseria.

Para llevar a cabo estos tres objetivos centrales los estrategas del Imperio Global han desarrollado planes de largo plazo, y después de la descolonización política que siguió a la Segunda Guerra Mundial, paulatinamente establecieron el despliegue neocolonial de la Cuarta Guerra Mundial, para lo cual desarrollaron cuatro formas de guerra diferentes y profundamente interrelacionadas: La Guerra Psicológica, la Guerra Económica, la Guerra Política y la Guerra Física.

LA GUERRA PSICOLÓGICA

Es implementado mediante la invasión de un verdadero Ejército Cultural destinado a ganar la batalla dentro de las mentes de la población invadida, para lo cual

manejan las agencias noticiosas nacionales e internacionales, toman el control accionario de los medios de comunicación masiva, son los propietarios de las redes de satélites de comunicaciones, y hacen hablar en favor del imperio a los formadores de opinión de los países invadidos, contratándolos por diversos medios.

La Guerra Psicológica genera "climas" en las poblaciones atacadas, gracias a los cuales, por ejemplo, se impulsa a los jóvenes más capacitados a emigrar o a estudiar en centros universitarios imperiales, deteriora la confianza en los gobiernos preparando el terreno para golpes de Estado ya sean militares, "de mercado" o institucionales, apoyándose en los grupos políticos dispuestos a vender a su Patria. Esta forma de guerra es la que abre el campo y disimula a las otras formas de Invasión Imperial, entre las que encontramos:

LA GUERRA ECONÓMICA

La Guerra Económica, está destinada a impedir cualquier desarrollo, o a desarmar el logrado por los países invadidos, para eso cuentan como principal fuerza ofensiva a un verdadero Ejército Financiero, destinado a obtener el control monetario y financiero de sus economías.

Este ataque integral, también tiene la finalidad de destruir las capacidades de los Estados para mantener y mejorar la estructura sanitaria, los sistemas de saneamiento, la alimentación adecuada de su población, y el desarrollo de su industria y su infraestructura, buscando empujar a la mayor parte de la población hacia condiciones de vida miserables, en "villas miseria", convertidas en verdaderos campos de exterminio para la población pobre, en especial para los niños, privados de alimentos, educación, viviendas y condiciones sanitarias adecuadas.

LA GUERRA POLÍTICA

Otro aspecto de la confrontación es la Guerra Política, que el Imperio lleva a cabo mediante alianzas con las oligarquías locales y la liquidación de los líderes políticos nacionales y populares mediante el ataque de un verdadero Ejército de la Corrupción , que convierte a los gobiernos de las Repúblicas atacadas en verdaderos regímenes mafiosos, controlados por bandas de delincuentes públicos.

LA GUERRA LEGAL

Una variante cada vez más importante de esta forma de guerra es la Guerra Legal, mediante la cual quieren someter a las naciones soberanas a los tratados internacionales impuestos a los gobiernos, cuyas controversias deben ser resueltas en foros internacionales obedientes a las condiciones imperialistas.

LA GUERRA FÍSICA

“CARTONEROS”

Las víctimas de la globalización en Argentina, país con miles de millones de reservas en el Banco Central. Y la Justicia Social en un gobierno “peronista”..... ????

La cuarta forma de ataque es la Guerra Física, que presenta actividades diferentes destinadas a reducir las poblaciones de los países atacados, ya sea evitando los nacimientos, provocando muertes evitables, generando enfermedad y discapacidad en los pueblos del Tercer Mundo para lo cual desarrollan distintas estrategias, entre las que podemos distinguir:

- Las Confrontaciones Armadas, o formas de guerra convencional que se detallan en el capítulo nueve.

- La Guerra Química, cuyo ataque se basa en la proliferación de tóxicos que terminan debilitando y enfermando a nuestros pueblos, en especial los jóvenes, ya sea por los estupefacientes como la heroína, el LSD y la marihuana, y los euforizantes cocaína, además de adicciones letales como el tabaco y el alcohol.

- La Guerra Bacteriológica, que se manifiesta con el crecimiento de las enfermedades endémicas como la tuberculosis, la malaria, el mal de Chagas, SIDA, paludismo, infecciones intestinales crónicas, además del crecimiento de peligro de epidemias al degradarse las condiciones ambientales y del hábitat humano.

- La Violencia Social creciente, establece un nuevo frente de batalla, donde los medios de comunicación promocionan y entrenan a los jóvenes marginados en acciones cada vez más agresivas contra sus compatriotas, a esta forma de muerte podemos sumar los accidentes viales y laborales evitables, las enfermedades generadas por el estrés, entre otras.

- Un caso extremo es la Guerra Civil entre compatriotas consecuencia de la marginación política de los grupos que impulsan una distribución más justa de los bienes sociales, o bien fomentando disidencias entre vecinos, etnias, culturas o religiones diferentes para que los pueblos del Tercer Mundo se maten entre sí.

LA INTERVENCIÓN COLONIAL

Además, como último recurso, existe el dispositivo bélico de Intervención Colonial, para lo cual el Imperio Anglosajón organizó un sistema de Fuerzas Armadas Combinadas que opera bajo la bandera de la Naciones Unidas o de la OTAN.

La combinación de estos medios se dirige fundamentalmente a lograr los tres objetivos estratégicos mencionados, pero también existen infinitos objetivos secundarios que responden a la polifacética gama de intereses de las distintas estructuras del Imperio Global....

.... Esta dramática situación por la que atraviesa el mundo, llega en un momento en que el Capitalismo como sistema de organización económica se encuentra agotado, porque esta modalidad que comienza hace diez mil años, con la invención de la agricultura, que posibilitó, por primera vez en la historia humana, acumular los excedentes necesarios como para pasar de una civilización tribal - basada en una subsistencia subordinada a su capacidad de adecuación al medio ambiente - a una civilización agroindustrial, donde la producción generaba excedentes cuyo control otorgaba el poder dentro de las sociedades, en otras palabras, una civilización cuyo control político se basa en el manejo de la escasez de bienes y servicios.

Hoy la tecnología genera bienes sobreabundantes y la conciencia humana universal ya no tolera la concentración de excedentes a costa de la miseria de miles de millones de seres humanos, por lo que es necesario desarrollar un nuevo modelo de organización social.

13 de junio de 2009

CONSTRUCCION DE UN GRAN ESPECIO SURAMERICANO


Por:Alberto Buela


En estos días que venimos recibiendo varias solicitudes del extranjero sobre la integración suramericana (investigadores brasileños como Julia Nassif Souza de la revista de Sociología la Univ. de San Pablo, de nuestro traductor al ruso Vladislav Gulevich entre otros) nos parece adecuado realizar algunas precisiones fundamentales sobre el tema. Sobre todo en el desenmascaramiento de los intereses reales que mueven la geopolítica brasilera, desde siempre ambivalente.

En primer lugar nosotros proponemos dejar de hablar de integración, concepto que forma parte de lo políticamente correcto, para hablar de construcción de un gran espacio geopolítico autocentrado económicamente y políticamente soberano. La categoría de integración es un engaña pichanga ad usum becarios. Luego de 18 años desde el Tratado de Asunción de 1991 al presente, el Mercosur resultó ser sólo el instrumento de integración de las burguesías comerciales de Sao Paulo y Buenos Aires, y nada más. La construcción de un gran espacio supone una voluntad de poder que se enfrente y recorte los poderes mundiales actuales en tanto que la idea de integración implica sumarse a las ventajas relativas de la globalización. O hablamos en términos geopolíticos de construcción de un gran espacio o callamos.

En segundo lugar hay que dejar de hablar de América Latina que es un concepto que indica una rémora colonial franco-inglesa – ni los aborígenes son latinos ni los criollos lo somos- para hablar de Iberoamérica o de la América Indoibérica y así incorporar sin tapujos al Brasil. El latino americanismo es un concepto vago y estéril, ha sostenido con razón don Helio Jaguaribe. Geopolíticamente hablando, esto es, desde un realismo político, se debe hablar de Suramérica (Sud- América es un galicismo inadmisible a esta altura de la historia americana), pues México y Centroamérica son dominios consolidados de la potencia imperial talasocrática.

En tercer lugar la construcción es solo posible si podemos asegurar un heartland suramericano protegido por las líneas de tensión geopolíticas cuyos vértices tendrían que ser Buenos Aires, Brasilia, Caracas y Lima o Quito o Bogotá. Este último vértice es indistinto aunque hoy es preferible Bogotá. Esto es lo que hemos denominado “teoría del rombo” que venimos defendiendo desde hace una década.

En cuarto lugar aquellos que tienen y pueden aportar más, aporten más, pues si no se da una relación de reciprocidad no hay construcción de un gran espacio en Suramérica. Este es el principio fundante de todo gran espacio geopolítico, pues si uno de los miembros aporta todo se transforma en un imperio subregional y si todos aportan por igual es una ficción política. No tiene miras de realización.

Si, hipotéticamente, se tuvieran en cuenta estas cuatro instancias que proponemos habría que eliminar, finalmente, los presupuestos histórico-políticos de los miembros que la integran comenzando por el mayor aportante, que en este caso es Brasil con casi 200 millones de habitantes y el 38% del PBI de la región.

Y acá salta la liebre. Y aquí aparece la cuestión fundamental. ¿Quiere Brasil la construcción de un gran espacio autocentrado económicamente y políticamente soberano en Suramérica?

Todo indica que no, pero todo aparece como que sí. En apariencias Itamaraty a todos los proyectos dice que sí, pero en realidad obra en concreto rechazándolos. Su alianza principal es con los Estados Unidos como socio privilegiado, relación que lo ha transformado hoy día en gendarme de la región. Su asociación secundaria es con cualquiera de los países suramericanos. Esta distinción entre aliado y socio es fundamental para poder llegar a comprender en parte, a barruntar, cuales son los intereses profundos que mueven a Itamaraty. Brasil es aliado de USA y socio de Argentina o Venezuela o Uruguay.

Nos explicamos con un ejemplo: El Banco del Sur (también podríamos hablar de la integración militar, del la Comunidad suramericana de naciones, del Unasur, de los corredores bioceánicos, del gasoducto transamazónico, de la navegación de los ríos interiores de la América del Sur, etc.).

El Banco del Sur arrancaría con un capital inicial de 7.000 millones de dólares, la controversia respecto del aporte de los países accionistas impulsores de la idea radica que unos, como Brasil o Paraguay, proponen hacer aportes menores del orden de los 300 millones y otros como Ecuador, Venezuela y Argentina proponen aportes significativos. En una palabra, unos quieren que el Banco del Sur nazca chico y otro piensan en términos de grandeza.

La contradicciones surgen con las declaraciones de Guido Mantega, ministro de hacienda del Brasil, quien sostuvo que:“ la prioridad del Banco del sur será financiar proyectos de infraestructura, logística y energía” y recordó que “sólo el Banco de Desarrollo de Brasil tiene 120.000 millones de dólares para financiar al sector productivo de su país, en tanto que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene sólo 100 millones de dólares para toda la región”.

¿Qué pretende entonces la intelligensia brasileña, crear un banco pobre esterilizando otra idea que puede servir para liberarnos, como lo hizo con la Comunidad Suramericana de naciones invitando a Surinam y Guyana, o sea, Holanda e Inglaterra a participar?

Esta idea del Banco del Sur, hay que decirlo con todas las letras la lanzó Chávez y le mostró sus beneficios a Kirchner, quien honesta y cabalmente la aceptó.

Brasil se sumó como se suma a todos los intentos de integración suramericana, no por su vocación integradora, sino porque Itamaraty (la cancillería brasileña: Su verdadero poder nacional) no descansa en su ambición de dominio. Y así, si los proyectos o ideas que se lanzan benefician su política permanente de “extensión al oeste” los apoya, de lo contrario los esteriliza, pero nunca los rechaza, pues su rechazo generaría una resistencia que no tiene por qué crear.

Esto hay que saberlo y nuestros gobiernos hispanoamericanos deberían alguna vez hacerlo notar. Brasil, a través de su cancillería Itamaraty, interpuso, interpone e interpondrá todos los recursos a su alcance para impedir la integración norte-sur o sur-norte de Suramérica, de modo tal que si hay algo que no desea ni quiere es la relación Caracas-Buenos Aires, y el Banco del Sur abona y refuerza esta integración.

Hace ya más de un siglo y a partir de los trabajos de don Tulio Jaguaribe, el padre de Helio Jaguaribe, el sociólogo que más influencia en el poder del Brasil ha tenido en estos últimos veinte años, los gobiernos de Argentina y Venezuela están solicitando al de Brasil avanzar en los trabajos para la integración fluvial del Suramérica sobre todo en la vinculación entre los ríos Paraguay –Guaporé a través del dragado de los ríos Alegre y Aguapey, atravesando la laguna Rebeca y el riacho Barbados y su respuesta siempre ha sido una dilación continuada.

Vemos como el Banco del Sur nos llevó a consideraciones que hacen al riñón de la geopolítica suramericana, a tratar de llamar a las cosas por su nombre y a correr el velo de las intenciones ocultas. El Banco del Sur es estrictamente hablando una idea metapolítica, pues va más allá de la limitación política partidaria y local para instalarse como categoría de condicionamiento de la acción política concreta futura del gran espacio suramericano.

Mientras tanto los seis países que inicialmente constituirían el Banco del Sur tienen presos 164.000 millones de dólares, en Bancos de USA y Europa, esto es, diez veces más de los créditos que recibimos con condicionamientos de todo tipo, durante el 2006.

El Banco del Sur si naciera grande se transformaría automáticamente en la expresión financiera de la Unión Suramericana lo que le permitiría negociar como bloque y no aisladamente con los poderes internacionales. La consecuencia natural del un Banco del Sur pensado en términos de grandeza sería la implantación de una moneda única tal como se propuso en la reunión del Mercosur, aquella a la que asistió Nelson Mandela, realizada en Ushuaia en 1999 y dilatada por Brasil sine die.

Es que Itamaraty no quiere una negociación en bloque, con una moneda única, con los poderes mundiales sino que desea negociar con Brasil como bloque con los poderes internacionales, esta es la madre del borrego. Quien no vea esto, mira sin ver.

Este ejemplo que hemos puesto es emblemático pues muestra como Itamaraty apoya y socaba al mismo tiempo un mismo proyecto. Nuestras cancillerías no se dan cuenta o no lo hacen notar, nuestros políticos menos pues pasan su vida en problemas internos y vuelos de cabotaje, ni qué decir de nuestros dirigentes sociales y culturales embelezados en un “latinoamericanismo” vacuo y falto de contenido.

En la construcción del gran espacio suramericano Brasil es Alemania y Argentina es Austria, pero la sumatoria de Venezuela, Perú y sobre todo Colombia equilibra la balanza. Hoy, a mediados del 2009, esta última opción, la opción Colombia es de singular importancia. Y si algún tonto de estos que nunca faltan pues stultorum infinitus est numerus nos dijera que es imposible, solo nos cabe responderle es conditio sine qua non en la construcción de un gran espacio suramericano reemplazar las criterios ideológicos por las relaciones geopolíticas o mejor aún: Metapolíticas.

La relación geopolítica de Argentina tiene que ser forzosamente con Brasil, pero para ello debe privilegiar las relaciones geopolíticas con Venezuela y Colombia más allá de los criterios ideológicos. Brasil tiene una gran ventaja sobre Argentina, su mayor potencial económico y militar pero al mismo tiempo tiene una desventaja geopolítica en la región, no puede tener ningún otro aliado de peso, sólo puede tener socios circunstanciales, pero Argentina si tuviera política exterior propia, sí que puede tener aliados. Y esta es la gran diferencia que juega a nuestro favor.

Socios históricos del Brasil lo han sido el Paraguay, Chile y Ecuador pero nunca llegaron a la categoría de aliados. Esta categoría es la que se quiso plasmar en el Tratado de Asunción con Argentina, pero no pasó de una asociación comercial. Así están las tensiones geopolíticas hoy en la América del Sur.

(*) arkagueta

alberto.buela@gmail.com

CEES (Centro de estudios estratégicos suramericanos) CGT

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