No se entienden los esfuerzos de líderes iberoamericanos tenidos como "moderados", como el presidente Lula, de Brasil y "centristas", como el presidente Calderón, de México, para dar a Cuba comunista una salida que constituiría una amnistía política y publicitaria a un régimen nefasto
1. Por ocasión del 50o. aniversario de la revolución cubana, los comentarios de los especialistas, aún de los más simpáticos al régimen comunista, fueron de melancólica constatación del fracaso en la implantación de un "hombre nuevo" socialista y de un "modelo" colectivista.
2. Si la meta de la revolución cubana era la de construir esa nueva sociedad, el fracaso económico, político y social no podía ser más evidente: el régimen comunista arrasó la otrora Perla de las Antillas con más profundidad que el mayor de los huracanes caribeños.
No obstante, si la meta de esa revolución era la destrucción humana, psicológica y social de un pueblo, ese objetivo fue alcanzado con creces en Cuba. También, la exportación de la revolución cubana a América Latina, África y Asia trajo sangre y lágrimas para numerosos países de esos continentes, con la expansión de las guerrillas y de la lucha armada. Más aún A la muerte física debe sumársele la muerte espiritual de numerosos jóvenes de esos países que en universidades, colegios y escuelas vieron sus conciencias envenenadas.
Mucho se ha alegado, como un intento de justificación del régimen, los supuestos "logros" en materia de salud y educación. Pero voces autorizadas han demostrado que la salud y la educación no han pasado en Cuba de instrumentos de control psicológico, mental y espiritual de la población, en especial, de los jóvenes cubanos. El nivel técnico y educacional es por lo menos discutible. Por ejemplo, en materia de salud y de médicos formados en Cuba, el gobierno Lula intenta desde hace años encontrar una fórmula para revalidar la carrera de muchos jóvenes brasileños que se graduaron en la isla-cárcel. Pero el Consejo Federal de Medicina del Brasil ha recordado varias veces al gobierno que el nivel de esos médicos es bajísimo, y que prácticamente ninguno de ellos ha conseguido en Brasil pasar las pruebas mínimas de suficiencia.
3. Por esos motivos, y por tantos otros que podrían ser recordados, no se entienden los esfuerzos de líderes iberoamericanos tenidos como "moderados", como el presidente Lula, de Brasil y "centristas", como el presidente Calderón, de México, para dar a Cuba comunista una salida que no solamente no sea humillante sino que sea inclusive prestigiosa, lo cual podría constituir una especie de amnistía política y publicitaria a un régimen nefasto.
4. Un ejemplo de lo anterior fue el primer viaje internacional del nuevo dictador cubano, Raúl Castro, corresponsable directo por todos los crímenes cometidos por Fidel Castro. Después de una escala en Venezuela, Raúl Castro se dirigió al estado de Bahia, en Brasil, para participar en las reuniones del Grupo de Rio, donde el régimen fue admitido como "miembro pleno". "Para mí es un privilegio dar la bienvenida a Cuba", dijo el centrista presidente de México, Felipe Calderón. Por su parte, el presidente Lula, dejando de lado por unos instantes su libreto "moderado" se deshizo en elogios al régimen cubano, diciendo que el ingreso de Cuba comunista "demoró demasiado tiempo" y que el hecho forma parte de un "cambio extraordinario" del "perfil político e ideológico" del continente, que se está verificando desde hace ocho años.
Posteriormente, Castro fue recibido por Lula con honras especiales en Brasilia, donde también recibió un cálido tratamiento por parte del Nuncio Apostólico monseñor Lorenzo Baldisseri, quien "salió del brazo" del dictador de un almuerzo en la cancillería brasileña y lo llevó a la Catedral de Brasilia para mostrársela personalmente, según constató con sorpresa el periodista Ancelmo Goes, del diario "O Globo".
5. Pareció reproducirse, en ese contexto de la realidad brasileña, la historia de Caperucita Roja, en la cual el lobo rojo cubano, tomando aires de abuelito simpático y chistoso, consiguió obtener la simpatía de los dirigentes con los cuales tomó contacto.
Ese ambiente de benevolencia y hasta de complacencia durante el viaje del dictador al Brasil fue roto solamente por un joven periodista, el único que osó preguntar a Raúl Castro sobre los presos políticos y sobre los fusilados, durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente Lula. El joven periodista se vio cercado inmediatamente por un clima de hostilidad de parte de sus propios colegas. Castro, aprovechando ese clima y abandonando por unos instantes su guión de abuelito simpático, increpó al periodista por estar haciendo una "pregunta vendida al imperialismo".
6. En los numerosos reportajes sobre la revolución cubana, a los cuales hicimos referencia al comienzo de este editorial, hubo una omisión casi unánime, y ésta se refiere a la colaboración eclesiástica, que se ha producido durante décadas, con el régimen cubano. El ex preso político cubano Armando Valladares ha abordado este delicado tema en decenas de documentados artículos, y a ellos remitimos al lector. Esa colaboración y acercamiento se ha producido no solamente por parte de eclesiásticos cercanos a la "teología de la liberación", sino también de altas figuras vaticanas como el actual secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Tarcisio Bertone, quien en 2008 visitó Cuba durante seis días, un viaje que también fue comentado, en tono respetuoso pero firme, por Armando Valladares.
7. En una nueva etapa de esa política de acercamiento hacia Cuba, el reciente ablandamiento de sanciones de la Unión Europea a Cuba fue, según reconoció el canciller Moratinos, un paso dado con el estímulo de la secretaría de Estado de la Santa Sede. En efecto, de acuerdo con informaciones del periodista Luis Ayllon, del diario español ABC, el viaje del cardenal Bertone a Cuba se hizo con el "asesoramiento" del gobierno socialista español. Posteriormente, cuando se produjo el levantamiento de las sanciones económicas a Cuba por parte de la UE, el canciller Moratinos fue llamado a la comisión de Asuntos Exteriores del Senado para dar explicaciones, y éste trató de disculparse diciendo que representantes diplomáticos de la Santa Sede "han intervenido para que otros países europeos nos apoyasen en el levantamiento de las sanciones".
8. El pueblo cubano viene padeciendo, durante largo medio siglo, el más doloroso "via crucis" político, económico, social y religioso de la historia del continente. No se puede acompañar ese "via crucis" con una mirada impasible y con una conciencia tranquila. Llama la atención que para las celebraciones del trágico 50o aniversario de la revolución comunista de Cuba no hubo zapatazos, pero no faltaron complacencias, simpatías y hasta abrazos. El pueblo cubano espera de sus hermanos iberoamericanos una palabra de solidaridad real y efectiva para con ellos, y de repudio al régimen cubano.
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