18 de junio de 2010

CAPITALISMO Y COMUNISMO


por Plínio Salgado

La identificación del Capitalismo con Comunismo es una consecuencia lógica del examen que hagamos:

1º) De la identidad de sus orígenes filosóficos;

2º) De la identidad de sus orígenes económicos;

3º) De la identidad de dirección en el proceso de desarrollo;

4º) De la unidad de objetivo final. Examinemos, uno a uno, estos puntos y llegaremos a conclusión de que no es posible combatir el capitalismo sin combatir el comunismo, de igual manera que no es posible combatir el comunismo sin combatir el capitalismo. Pues tanto uno como el otro no pasan de una sólo cabeza, con dos caras, cabeza conectada al mismo cuerpo, que es el materialismo, la subordinación del Espirito Humano a la brutalidad de las fuerzas ciegas de la Naturaleza, o mejor, de una de las fases de la Naturaleza, es decir, la material. Así veamos.

IDENTIDAD DE ORÍGENES FILOSÓFICAS

El capitalismo es una consecuencia del Liberalismo. El Liberalismo es el imperio del Individualismo. El Individualismo es la rotura con todas las disciplinas morales capaces de componer equilibrio en la sociedad, de acuerdo con los intereses superiores del Espíritu.

Por consecuencia, el Individualismo es el Materialismo. Y la prueba de que el Individualismo es el Materialismo es el hecho de esa concepción de vida haber tenido como fuente los postulados epicuristas, estoicistas o naturalistas que hubieron construido toda la trama del pensamiento de los fines del siglo XVIII, de la Enciclopedia y de la Revolución Francesa.

El "hombre natural" de Rousseau es el índice de todo el Individualismo que generó el Liberalismo. Si el Hombre debía ser "natural", era lógico que la Economía fuera también "natural" y que ninguna fuerza interviniera, ni en los movimientos del Hombre, ni los de la Economía. Todo debería ser subordinado a la propias leyes de la materia.

Fue según esos principios materialistas que la Burguesía se desarrolló, como instrumento pasivo en las manos de la Finanza Internacional.

Lanzada la lucha libre en el mundo, cerradas las corporaciones obreras, prohibido el Estado de intervenir en los fenómenos de la producción, de la circulación, de la distribución y del consumo de las mercancías, comenzó a verificarse lo que sería inevitable: los fuertes oprimen los débiles.

La libertad contractual, dando derechos y poderes a cada individuo para proponer y aceptar salarios, colocó el obrero, aislado y débil, delante del patrono inmensamente fuerte. Coagido por la competencia con otros obreros, el ofertante de "trabajo" se veía en la dura contingencia de subordinarse a la oscilación de los precios. El "trabajo" fue transformado en mercancía sujeta a la ley de la oferta y de la demanda.

La libre competencia, en el campo comercial, conforme observa Marx, que es un sistematizador burgués, llevaba los detentores de los medios de producción a cortar salarios y aumenten las horas de trabajo. Esa doble lucha de cada productor, de un lado con su adversario y del otro con sus asalariados, determinaba la derrota de los que presentaban más pequeñas posibilidades de resistencia y adaptabilidad.

Siendo injusta, inmoral, semejante situación, el Capitalismo necesitó de arreglar una justificación. Esta encontró sus fundamentos en el materialismo. El estudio de la evolución natural abrió nuevo horizontes a la brutalidad del Capitalismo. Mientras Haeckel explicaba el origen de la vida en el misterio de las "moneras", mientras Darwin desarrolla la teoría del "struggle sea life", que justifica el triunfo del fuerte, del más apto sobre el débil, Spencer, con extraordinario poder constructivo, sistematiza las grandes líneas del evolucionismo, estableciendo sus "principios" y acompañando las manifestaciones de la "materia" y de la "energía", desde la nebulosa a la sedimentaciones geológicas, y desde las primeros fenómenos vitales hasta la Sociología, a la Política y al Derecho.

Spencer es el filósofo de la Burguesía y del Capitalismo inglés, como Adam Smith es el economista del liberalismo nacionalista de Gran Bretaña. La palabra mágica, tanto para uno, como para otro, es la misma de Darwin: la lucha.

Nada más natural para una concepción materialista de la vida. Nada más lógico, para una época en que el naturalismo llevó al experimentalismo y esta a la consideración unilateral de los fenómenos.

La palavea cabalística del siglo XIX, día Harías Brito, fue: "evolución". Creo que podremos añadir a esa palabra, esta otra: "lucha".

Sólo el Espíritu une. La materia divide. Por eso Individualismo y Liberalismo, hijos del Materialismo, lanzaron las más tremendas luchas sobre la tierra. En el campo de la política, la lucha de los partidos; en el geográfico, la lucha de las regiones; en el étnico la lucha de las razas; en el de la producción, la lucha de clases; en el comercial, la lucha de la competencia; en el económico-financiero, la lucha de la moneda con la mercancía; en el internacional, la guerra imperialista.

Ni se diga, simplemente, que esas luchas siempre existieron, porque eso sería confesar a suspensión de pagos de un siglo, de todo el orgullo de su ciencia y de su filosofía. Porque el hecho es que las viejas luchas de que en los deberíamos liberar, en un estadio superior de civilización, fueron agravadas y a ellas el Materialismo añadió otras más crueles.

Era lógico, por lo tanto, que Karl Marx, el fundador del comunismo, siendo un burgués e hijo del siglo XIX, imprimió a la sistematización de su obra el mismísimo timbre de la filosofía burguesa, que es la filosofía de la lucha estúpida e invidente del materialismo justificador de los triunfos de los fuertes sobre los débiles.

Esa identidad de pensamientos, de concepción de vida, que se sorprende en el Marxismo y en el Capitalismo Liberal, ambos subordinados a la leyes inherentes a un aspecto aislado de la Naturaleza, revela, también en el Comunismo, que tantos creen ser la doctrina "de la moda", el carácter inconfundible del siglo XIX: la unilateralidad. Por eso es por lo que Henri de Man afirma que el Marxismo no pasa de "una forma particular de una mentalidad general, propia del siglo XIX". Basta, de hecho, leer las reflexiones de Sorel para tenerse presente, en el espíritu del sindicalismo revolucionario en que también se basó Lenin, la identidad del pensamiento darwiniano, del pensamiento burgués dominante en todas las teorías de Evolución.

En el tocante la Marx, la propia dialietica de Hegel, que es el dínamo propulsor de su doctrina, es una concepción cuyo sentido dualista de lucha se presenta con un carácter marcadamente siglo XIX.

Hoy, que la ley de la gravitación de Newton, en cuya expresión expositiva se encuentra el carácter de la época dialéctica, cede lugar a una nueva concepción de los movimientos; hoy, que las viejas concepciones del espacio y del tiempo, ceden lugar a una comprensión nueva de ritmos universales, desde Henri Poincaré; hoy, que vamos a encontrar en el receso de los átomos, no sólo la negación de la materia, pero la unidad de las leyes universales y la unidad de la energía, nosotros, hombres del siglo XX(XXI), nos sentimos muy más próximos de Aristóteles (la unidad diferenciada del equilibrio universal), del que de los filósofos materialistas de los cuales procede, como una flor de la burguesía crepuscular, el Marxismo.

Lo que no se puede negar es la identidad absoluta del Marxismo con la filosofía burguesa, creada para oprimir los humildes y justificar la explotación del hombre por el hombre. Lo que es fuera de duda, es que el Capitalismo y el Comunismo no pasan de palabras diferentes para designar la misma cosa; la brutalidad de la violencia, el materialismo grosero.

IDENTIDAD DE ORÍGENES ECONOMICAS

Acaso el Marxismo se revela contra la Economía Burguesa? Acaso el Comunismo si revuelta contra el Capitalismo? Si la filosofía comunista es la misma que la capitalista, como se acaba de ver, como puede engendrar el comunismo una economía nueva?

Pero acaso, una Economía nueva es anunciada por el comunismo? Pero entonces él reniega las "ley naturales"? Si niega, dejó de ser materialista y pasó para el campo de la ética espiritualista. Si no niega, entonces no es revolucionario, como se pregona, pues se somete a una concepción de vida que pertenece, en primera mano, al Capitalismo y a la Burguesía.

El Comunismo pretende dar fundamento moral a la Economía? Pero entonces reconoce que la Economía no puede subordinarse al materialismo naturalista? En ese caso, el marxismo está renegando sus propios fundamentos, es decir, el decantado "materialismo histórico".

El Comunismo objetiva una "justicia social"? Y pretende realizarla bajo el imperio de las "leyes naturales"? Preguntamos: cuál es la moral de las "leyes naturales"? Cual el interés de justicia social de las "leyes naturales", desde que se abstraía las ideas de Dios y del Espíritu? Cual el interés de justicia social de las "leyes naturales"? Si cogiéramos en una corriente eléctrica de muchos volts, las leyes naturales obedecerán a un principio de justicia? O sólo será fulminado aquel que lo merece? El Comunismo cree que puede haber interferencia del Hombre, según su interés en las "leyes naturales" de la Economía? Pero eso es negar todo el viejo determinismo de la Evolución y del Materialismo oficial donde el Marxismo se abrevia.

La verdad es que el Marxismo no pasa de un capitulo añadido a la Economía Burguesa. Y es el propio Marx quien lo confiesa, declarando que no niega las leyes que fueron siendo descubiertas, desde los fisiócratas, pero a ellas viene a añadir otras que él descubrió. Él es un continuador de Adam Smith.

Marx descubre algunas leyes nuevas, siendo la fundamental de su sistema a de la "más valía". ES un continuador de los burgueses evolucionistas y materialistas. Lo preocupa la precipitación del proceso evolutivo del Capital. Pide, entonces, prestado a otro burgués, Hegel, su proceso dialéctico. Su "filosofía de acción" es una beberagem donde se mezclan todas las tisanas filosóficas del siglo XIX. Su Economía es la subordinación a los mismos principios de la Economía Liberal Burguesa.

Pensando bien, la obra de Marx es la apología del Capital. ES absoluta la identidad de propósitos del Comunismo y del Capitalismo. El Comunismo es sólo más apresurado. El Capitalismo, a través de sus teorizadores, calla sus intenciones secretas. El Comunismo revela las intenciones secretas del Capitalismo y se propone a ejecutarlas.

El Capitalismo que el triunfo de los más fuertes, en la ley de la competencia. Uno a uno, serán absorbidos los luchadores. Llegará la ocasión en que dos o tres financistas tendrán proletarizado todo el género humano. Marx sabe que ese es el fin del Capitalismo y que, no contrariarlo, pero apresurarlo lo más posible.

El Capitalismo pretende que un día los técnicos de la Finanza gobiernen el mundo, absorbiendo todas las autoridades vivas, sociales, artísticas y políticas. Y el Comunismo no quiere otra cosa. Todo será subordinado a la Economía.

El Capitalismo es internacional. El Comunismo es internacional. El Capitalismo quiere esclavizar todos los pueblos; el Comunismo también. El Capitalismo, a través de la usura, del juego de la bolsa, de las oscilaciones del cambio, atenta diariamente contra el principio de la propiedad; el Comunismo predica abiertamente contra ese principio.

Y todo eso por qué? Por qué Capitalismo y Comunismo son dos nombres para designar la misma cosa: el Materialismo.
Foto: Plinio Salgado (de pie) durante una alocución. Fue el fundador del Movimiento Integralista Brasileño
Fuente:http://cruzadasur.blogspot.com/

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