Compilacion a cargo de Pedro Varela.
El idealismo y la
sensibilidad de los jóvenes corazones se mofan de todas las tretas. Así
era en nuestra juventud. Así ha sido siempre. Pero hoy en día parece
que, efectivamente, la juventud está cercada y esclavizada con cadenas
de oro por un Sistema materialista. Ello nos ha movido a publicar una
vez más Ética Revolucionaria, que en su día tuvo tanto éxito y
constituía parte del bagaje formativo indispensable de la juventud. Este
librito refleja, con la sinceridad de los 20 años, el espíritu que
animaba nuestro idealismo. Este nada tiene que ver con jóvenes llenos
hasta la saciedad, hartos o cansados de la vida, con grupos caóticos,
“hollywood - nazis”, “hooligans” de fútbol o las tribus urbanas del
capitalismo. Para nosotros el Arte debería ocupar el primer lugar en
todos los campos de la vida. También formamos parte de la Naturaleza y
esta es parte de nosotros mismos, por eso hemos de volver a ella. La
Religión nos indica el fin último y primordial de nuestra existencia, de
ahí que deba ocupar el primer lugar. Uno tras otro los capítulos que
ofrecemos intentan ayudar al joven de hoy en una andadura difícil y
emocionante: Descubrir la Verdad y llenarla de Sentido. Para ello hay
que revalorizar la entrega y el servicio en contraposición al beneficio y
el placer por todo ideal. En la Familia, en la Nación o en el Trabajo,
los valores de Orden, Disciplina, Camaradería, Tradición o Voluntad
siguen siendo esenciales. Quien conozca el alma de la juventud, podrá
entender que sea ella justamente la que abra con mayor alegría los oídos
a la llamada de la lucha idealista. Suele mantener una postura
revolucionaria de cien distintas maneras. Es, en pequeño, un reflejo de
los grandes hombres del futuro, pero, a menudo, con un sentimiento mejor
y más sincero. En las diversas ediciones se fueron añadiendo puntos y
corrigiendo otros, pero en esencia el mensaje permanece invariable. Sin
duda, estas máximas no sólo no han quedado desfasadas sino que son de
plena utilidad para el joven que, aún hoy, intenta seguir nadando
contracorriente con éxito.
Moral
- Guarda tu espíritu
fuera de las corrientes de moda y por encima de las críticas de los
necios de turno. Tan sólo así podrás conservar tu juicio claro para la
lucha.
- Mantén siempre tu cerebro activo. No estés ocioso. Ayuda
a la salud de tu cuerpo manteniendo una mente clara. Elige bien tus
lecturas o pide consejo a personas de tu confianza. Escribe, medita,
estudia.
- Ten fe. La fe es un patrimonio que no te pueden
arrebatar. Es tu única arma invencible. Frente al poder del dinero, y a
la depravación materialista, levanta la antorcha de tu fe en la victoria
final.
- La fe no se razona. No se llega a ella por la ciencia o
la razón. La fe la llevas en la sangre y en el alma y proviene del
Todopoderoso. Sólo has de cultivarla, dejarla que brote.
-
Mantente al margen de la propaganda burguesa y democrática. Los
periódicos, las revistas, el cine, la televisión, están impregnados de
escepticismo, materialismo y numerosos valores negativos. Lee y difunde
la prensa nacional revolucionaria que denuncie la hipocresía del
Sistema.
- Desprecia al traidor. El traidor carece de honor y por tanto es indigno de ser tratado como persona.
- Sé valiente. Un carácter débil es fácilmente vulnerable.
- No confundas valentía con inconsciencia o temeridad. Aquella es fruto
de la madurez de un hombre. Estas son reflejo de una mente infantil.
- Desprecia al cobarde, la cobardía es una debilidad. También el
valiente tiene miedo, pero posee la suficiente fuerza espiritual como
para vencerlo. El cobarde es egoísta, pues asegura su propia integridad a
costa de los demás.
- Respeta al enemigo siempre que sea digno de ello. Desprecia al enemigo innoble.
- No te dejes lisonjear por falsas concesiones de la decadente
democracia partidocrática. No se trata de recuperar lo que ya está
podrido, sino de promover lo evidentemente sano. ¿Para qué quieres una
parcela del poder si puedes crear un mundo nuevo?
- Mantén una
norma de conducta recta y nunca te separes de ella. Renunciar a un
principio por la dificultad que entraña es traicionarte a ti mismo.
- Que haya coherencia entre tu pensamiento y tu acción. De lo contrario
se empieza viviendo como no se piensa y se acaba pensando como se vive.
- No te dejes influenciar por lo fácil. Sigue siempre lo que tu conciencia te dicte. No hay dificultades insuperables.
- No confundas el amor con la mera atracción física. El placer físico
es efímero y si se busca como único fin, degradante. El amor es
altruismo, negación del propio ser para formar otro en el que se
confunden los espíritus de los amantes. Sólo así el amor es eterno.
Entrégate a la persona amada de corazón.
- El amor auténtico es
fuerte y supera toda penuria y se enriquece por medio del sacrificio y
del olvido de sí mismo. En la historia, las únicas causas o empresas que
mueren son aquellas por las cuales el hombre se niega a morir.
-
Respeta siempre al sexo contrario. Hombre y mujer tienen valores
espirituales que los hacen dignos de la misma admiración a ambos. El
artificial enfrentamiento entre sexos pretende esconder que sólo en el
amor, el respeto y la colaboración mutua encuentra el ser humano la paz
anímica y la tranquilidad psicológica necesarias para una vida creadora.
- Mantente siempre preparado para la lucha. Recuerda que ésta se
presenta en cada instante y de muchas formas. La lucha física, una
guerra, es la más fácil; sabes dónde está el enemigo y los objetivos son
claros. Pero las modas, las corrientes ideológicas de origen oscuro,
las actividades degradantes, la vida fácil... son enemigos que pueden
destruir tu espíritu.
- Respeta tu cuerpo. Ten presente que un
modo de vida decadente es un triunfo del enemigo. Una figura recia es
importante pero no es garantía suficiente, pues puede ocultar
debilidades interiores nefastas. Cuida tu cuerpo y tu espíritu.
-
El vicio degenera el cuerpo y el espíritu. Evita que ningún vicio te
domine. Piensa que cuanto más arraigado se encuentre, tanto más difícil
te será zafarte de él. El vicio rebaja la condición humana y la aleja
del arquetipo ideal al que debemos tender.
- Lucha siempre por la verdad y desprecia al mentiroso. La mentira es el refugio del cobarde.
- Procura que la herencia que en su día dejes a tus hijos y a tus
camaradas sea rica en ejemplos de nobleza, rectitud, educación,
heroísmo, y en todo aquello que haga de tu memoria una pauta de
comportamiento.
Estilo
- Se discreto. Procura no molestar a tus vecinos. Que no se note tu presencia por lo incómoda que resulta, sino por lo grato.
- No busques lo extravagante para hacerte notar. Procura tener una
personalidad lo suficientemente recia como para no tener que recurrir a
ello.
- Se aseado y pulcro. El aspecto exterior es fiel reflejo
del nivel espiritual de la persona. Aunque el hábito no hace al monje si
le representa.
- Mantén ordenado el lugar en que habitualmente te encuentras. Piensa que la gente te juzgará por el ambiente que te rodea.
- Pero lo que te ha de importar no es tanto eso como que cualquier
trabajo creativo y la armonía espiritual no pueden desarrollarse en el
caos.
- Cuida tus expresiones. No seas soez ni desvergonzado. No confundas la agudeza con la impertinencia.
- Cuida de no ensuciar ni estropear nada, tanto en el campo como en la
ciudad, siempre. Todo lo que te rodea es patrimonio de tu nación. De
nada tienes derecho exclusivo. Respeta los bienes comunitarios como los
tuyos.
- Obra en consecuencia con tus ideas. El enemigo está
acechante para convertir tus errores en armas contra tu concepción del
mundo. Y siempre sacará más provecho de tus errores que de sus propios
aciertos.
- Si obras bien, hablarán bien de ti. Pero si obras
mal, hablarán mal de aquello que representas. Actúa siempre en
conciencia y teniendo en cuenta que juzgarán lo que simbolizas según tu
comportamiento.
- Se austero. No todo el mundo puede vivir de
forma austera. La dureza en tu forma de vivir te enseñará a apreciar las
cosas y darás a todo más valor que aquel que todo lo tiene y todo lo ha
probado.
- Respeta las banderas y los símbolos de tu tierra. Por
encima de la tela y del metal de que están hechos, está la idea que
representan. Ser herido o muerto por defender un símbolo es la
sublimación del idealismo. Si te llega la ocasión no lo dudes.
-
Un uniforme no te convierte en un número, no es un elemento impersonal.
Ni las órdenes religiosas, ni las organizaciones juveniles o militares
pretenden homogeneizar el espíritu de sus miembros, sino ayudar a que se
sientan unidos en aquello que tienen en común: el servicio a la
comunidad.
- Por el contrario éste te priva de la forma para que
sea tu fondo el que te defina. La mentalidad materialista imperante hoy
en día critica a las personas que aún poseen el valor personal de dar a
conocer su ideal de servicio y entrega vistiendo un hábito
característico. Un espíritu noble no depende de un atuendo.
Raza
- Cuida de mantener tu raza homogénea. Es la primera garantía para
mantener una sociedad equilibrada espiritual, psíquica y socialmente.
- No desprecies a las demás razas. El mejor aprecio que les puedes
hacer es mantenerte separado. Admira sus valores y aprende de sus
virtudes, que son parte de un lado olvidado de nosotros mismos.
-
La apariencia es lo que más asemeja a las distintas razas, aún siendo
tan dispares físicamente. No caigas en la falacia de definir a la raza
sólo por el color de la piel o la textura del cabello. Las verdaderas
diferencias radican en la psique y el espíritu.
- El mestizo es
la nefasta consecuencia de forzar a la naturaleza a una mezcla entre
seres naturalmente diferentes, que ya lo son culturalmente. No
desprecies a ninguna persona por ser mestizo, pues por encima se
encuentra siempre lo humano.
- La Historia nos muestra que el
mestizaje forzado y a gran escala lleva irremisiblemente al caos social y
a la decadencia de las culturas. Oponte al mestizaje planificado, que
lleva irremisiblemente a la desaparición de las civilizaciones.
-
La existencia de todas las razas, no sólo de la tuya, es voluntad
divina. Sólo el mestizaje y el odio racial promovido por el Sistema son
producto de la desviada voluntad humana.
- Desprecia las formas
degeneradas de sexualidad. Son una perversión del cuerpo y del alma
fruto del hedonismo materialista. Al margen de los irreparables daños
que producen al espíritu, la naturaleza destina a quienes las practican a
la enfermedad y la extinción sin procreación.
- Protege tu
descendencia. Más vale que renuncies a ella antes que engendrar seres
tarados. Hacer sufrir a inocentes, perpetuando en ellos tu desgracia por
mero placer personal no es noble y supone una tremenda
irresponsabilidad.
- Practica deporte. No temas el esfuerzo
físico. Todo ello te llevará a conseguir un cuerpo sano y un espíritu
duro, a ver la vida con optimismo y confianza en ti mismo y a educar tu
voluntad.
- Cuida tu cuerpo. Ten presente que es el escudo de tu
espíritu. Un escudo débil se romperá en medio del combate y te dejará
sin protección. Un escudo fuerte puede ser tu mejor arma en momentos
difíciles.
- Respeta la raza, la cultura y la identidad de todo pueblo. Al tuyo ámalo.
Nación
- Ama a tu nación. Es una comunidad de hombres unidos por lazos
culturales y raciales que lucha por unos objetivos comunes a los tuyos.
- No te dejes influir por fronteras artificiales. La nación la
delimitan la Cultura, la Tradición, la Historia en común y la Raza, no
unas líneas pintadas sobre un mapa o unos meros accidentes geográficos.
- Encuentra en tu bandera el símbolo de la comunidad a la que
perteneces, un símbolo nacido de ésta, que reúne todas las virtudes de
los hombres que se subordinan a ella.
- La nación es un concepto
étnico más que legal. No te dejes engañar por las ideas falsamente
igualitarias que pretenden hacer de todos nosotros ciudadanos del mundo,
y de cada humano, por muy extraña a la tuya que sea su procedencia
geográfica, histórica, cultural y racial, un miembro de tu misma nación.
- El nacionalismo tiene por objeto la búsqueda de las leyes de
conservación de la propia nación en armonía con las demás naciones. No
es un objeto definido y acabado sino amoldable al contenido. Lo
importante no es pues ser nacionalista porque sí, sino en tanto en
cuanto ello contribuye y permite la conservación de la vida, la
propagación de la raza y la elevación del espíritu.
- La
diversidad de los pueblos del planeta forma parte de la gran riqueza de
la Creación y aquellos que pretenden destruirla eliminando toda cultura
autóctona atentan contra la obra del Todopoderoso.
Religión
- Cree en Dios, Creador de todo. La necia teoría materialista desemboca
en el gran absurdo de considerar al hombre sólo como materia o un
animal racional, surgido de la casualidad y sin esperanza de vida
futura, negándole todo sentido trascendente.
- Dios no caduca. Enfrenta los valores eternos a las modas pasajeras del escepticismo y del materialismo.
- Respeta todas las religiones basadas en un principio trascendente y
desprecia aquellas edificadas sobre principios egoístas y de odio, que
conducen a la consideración del hombre y del mundo desde un punto de
vista materialista.
- Con la fe en Dios la vida está llena de
sentido. Hay un futuro que está por encima incluso de la misma muerte
corporal: Pensamientos, sentimientos, planes y acciones están entonces
enfocados al verdadero y último fin del hombre, que es la vida después
de la muerte. Así, aprendemos a mirar los acontecimientos con una
perspectiva de eternidad.
- Falta reflexión. Es esta una de las
razones por las que en nuestra sociedad hay muchas personas angustiadas y
vacías interiormente. Nos dejamos llevar demasiado por el ruido y por
la acción.
- Detente para orar. Nos hemos de detener para
recuperar el alma. Siempre que puedas, pero al menos una vez al día,
detente en la acción para hablar con Dios. Hace falta el silencio, sobre
todo interior, la paz del alma, cierta capacidad de dominar la excesiva
fantasía, una cierta soledad.
- Todos sabemos orar, aunque
algunos creen no saber. Como todos sabemos respirar sin que nunca nos
enseñaran como hacerlo. Muchos males que nos aquejan están en la falta
de oración.
- Preguntarse si es necesaria la oración es como preguntarse si hay que responder a las palabras de quienes nos aman.
- Si pasas por un templo donde suena música hermosa, detente y entra
para conversar con el Creador. Los seres humanos lo llaman oración.
Aunque la iglesia no es una sala de conciertos, la música te acerca a
Dios.
Familia
- Respeta la familia, pues es a ella a la
que debes tu existencia y dentro de ella es donde has aprendido tus
primeras lecciones como hombre.
- Respeta la autoridad de tus padres. Escucha sus consejos manteniendo a la vez tus convicciones.
- Aporta a tu matrimonio un espíritu completo, puro. No cabe amor
espiritual en un espíritu innoble o débil, porque éste es incapaz de ser
altruista. Piensa en los tuyos.
- Educa tu espíritu en el
altruismo, preparándote para el día en que formes tu propia familia. Si
nos preocupamos demasiado de nosotros mismos no nos quedará tiempo para
los demás.
- Tan sólo de una unión total pueden nacer unos seres
completos, equilibrados. La promiscuidad degenera a los individuos y a
sus descendientes.
- Sólo en un ambiente de total identificación
espiritual puedes vivir felizmente tu matrimonio. Si el amor guía tus
actos, jamás cometerás errores que puedan perturbar la felicidad de tu
hogar. De otra forma, tu destino será siempre precario, así como el de
los que te rodean.
- Educa a tus hijos conforme a lo natural.
Ayúdales a conocer la Naturaleza. En ella intuirán y aprenderán la
existencia de un Creador, de una vida espiritual y el verdadero sentido
de la vida y la belleza.
- Se siempre pauta de comportamiento
para con tus hijos. Mantén siempre tu espíritu joven, no dejes que
envejezca y se oscurezca. Tan sólo con el ejemplo de una vida sana y
activa podrás guiar a tus propios hijos. Tus hijos serán en parte como
tu seas.
- Guíales en el desarrollo de su personalidad, dejando que de ellos parta la primera iniciativa.
- Recuerda que tus hijos heredarán de ti tanto lo bueno como lo malo.
No les dejes una herencia negativa. No les obligues a luchar en
inferioridad de condiciones.
- Educar rectamente a un hijo es
sólo posible dando ejemplo. No se puede exigir algo que tu previamente
no te hayas exigido a ti mismo.
Tradición
- Ama la tradición. Es la expresión del sentir del Pueblo, el patrimonio espiritual de tu raza.
- Aprende a discernir lo que es verdadera tradición de lo que son
hábitos adquiridos en determinadas épocas y circunstancias, impuestos
por otros pueblos ajenos a tu cultura, por ideologías perniciosas o
fruto de momentos de decadencia. No confundas la tradición con la
costumbre.
- Estudia y conoce la historia de tu nación. Respeta a
sus muertos y aprende de sus gestas. Toma ejemplo de los actos heroicos
y enseñanza de los errores.
- Fíjate siempre en los mejores. No
hagas caso de la corriente general de vacuidad y falsedad. Aprende lo
mejor de los que sabes que son los mejores. Pero sé siempre tú mismo
para poder aportar algún día algo sinceramente tuyo.
- Sin
memoria se pierden las raíces, sin proyecto se pierde la ilusión. De
dónde vengo y a dónde me dirijo da el sentido a nuestras vidas. Por eso
es importante que respetes la tradición.
- El hombre es un ser
histórico, con una mirada fija en el pasado y otra dirigida al futuro.
No hemos aparecido de repente. Somos un eslabón en la cadena de la
estirpe.
- En el mundo toda construcción armónica necesita inevitablemente una especie de perpetuación continua del factor de recuerdo.
Naturaleza
- Ama la Naturaleza. No veas en ella tan sólo una fuente de recursos o
un instrumento para distraer tu ocio. Recuerda que todas las criaturas
son obra del Creador y tú eres una de ellas.
- Que no sea tan
sólo la compasión la que te lleva a tratar bien a los animales. Por su
condición, es tu obligación darles amor y respeto.
- Aprende a
apreciar lo bello. La contemplación de la Naturaleza te ayudará a ello.
Sólo cuando en los más insignificantes detalles de la Naturaleza
encuentres belleza, sólo cuando comprendas la infinita perfección del
más pequeño insecto, podrás ser capaz de guiar tus gustos por ti mismo.
- Fórmate en lo natural. Sigue las enseñanzas que la Naturaleza dicta y aplícalas a tu condición de Hombre.
- No te dejes influir por las corrientes que se opongan a esas ideas,
por fuertes que esas corrientes sean. La Naturaleza siempre tiene razón,
pues sigue inexorable los designios del Creador.
- Lleva una
vida sana. Estate siempre en contacto con la Naturaleza. Sal a la
montaña, a la mar, pasea por el bosque y disfruta del arroyo de agua
cristalina y del aire fresco. Aprovecha los beneficios que te brinda la
Naturaleza.
- La caza, la pesca o cualquier otra actividad
análoga son un absurdo cuando no están justificadas por la propia
subsistencia, un indigno atentado contra la perfección de la vida.
Trabajo
- Ama el trabajo y empéñate en él. No seas un lastre para tu Nación. No
dependas de lo que hacen los demás. Cumple con tu obligación y procura
dar ejemplo a quienes no lo hagan.
- El trabajo creador es fruto
del espíritu porque es la expresión artística del trabajador. Cualquier
trabajo realizado con esmero y dedicación es una obra de arte.
- Trabajar es cultivar el espíritu. Un pueblo trabajador no sólo fortalece su economía, sino que afianza su esencia.
- No existen trabajos dignos e indignos sino trabajadores buenos y
malos. Las clases basadas en el rendimiento económico de los oficios son
una artimaña política, injustas y contrarias a la naturaleza humana.
Las únicas clases que pueden existir son las de los que trabajan y las
de los que no trabajan.
- Las únicas riquezas están en la
naturaleza y en el trabajo, enorme y potente fuerza transformadora y
creadora. El interés del dinero y la especulación en bolsa son formas
ficticias e indignas de crear riqueza, propias de individuos incapaces
de realizar un trabajo creador, además de ser perniciosas para el
conjunto de la nación.
- Una posición social más o menos
favorecida o un trabajo más o menos remunerado no hacen a la persona más
digna o indigna. La única aristocracia es la del espíritu, no la del
dinero.
- La vocación es la garantía de un trabajo bien
realizado. Sigue siempre tu vocación, prescindiendo de los beneficios
económicos que te pueda reportar.
Arte
- Cuida tu
espíritu, precisamente porque todo tu ser debe formar una armonía.
Piensa que sólo él es inmortal y eterno. El verdadero arte es un medio
ideal para ello.
- Conoce la expresión artística de tu
civilización. Aprende a sentir tu Arte. Las obras de arte son la
sublimación del espíritu de una civilización a través de sus genios.
- No olvides nunca la diferencia que existe entre lo verdaderamente
artístico y lo meramente estético. El Arte inunda el espíritu, penetra
hacia lo más profundo de nuestro ser. Lo meramente estético se queda en
los sentidos, agradando a éstos pero sin contribuir al desarrollo de tu
espíritu.
- El arte es una salvación íntima. Poesía, pintura,
escultura, música, literatura, etc., nos ayudan a evadirnos de lo banal y
a elevarnos, creando lo grande en vez de vivir sólo sufriendo lo
pequeño.
- El arte es un sentimiento. Pero para poder expresarlo hace falta capacidad y dedicación, dando por sentada la vocación.
- No permitas que te obliguen a aplaudir como arte lo que no es más que
una tomadura de pelo. Hay muchos artistas que se niegan a aprender a
hablar y por tanto no hacen sino balbucear. Con ello esconden, en
realidad, su falta de sensibilidad, capacidad y vocación. Y eso no es
honesto.
- No pierdas tu tiempo. Ocúpalo en formarte. No te dejes
llevar por la corriente imperante que pretende hacer del hombre un ser
ignorante, materialista, sin valores superiores. Tu formación es tu
principal arma contra el Sistema. Has de superar la dejadez y emprender
una vida activa.
- Las obras de arte no necesitan ser explicadas.
El artista no es distinto a los demás más que por la posesión de un
conocimiento y una técnica específica.
- Ama la belleza. No es noble odiar la belleza sólo porque no se posee o aún no hemos cultivado la capacidad para admirarla.
Disciplina
- Acepta la disciplina y la autoridad. El caos y la anarquía debilitan
el espíritu pues le privan del esfuerzo y de la lucha en comunidad o
individualmente.
- Respeta la autoridad de tus jefes y ten
confianza en sus decisiones, aunque no las entiendas. Eso que tus
enemigos llaman despectivamente fanatismo es una virtud que sólo poseen
las almas nobles.
- Aceptar una orden que no se entiende no es
negar la propia personalidad sino aceptar una capacidad de decisión
superior en quien da la orden.
- Respeta el Estado justo. El
Estado es la representación del Pueblo, por lo que exige tu sometimiento
y tu confianza. Un Estado que no cumpla aquella condición no merece ser
denominado como tal y a él nada te sujeta.
- Atiende a los mayores. Su edad les hace acreedores de tu respeto.
Orden
- Pon orden en tu vida, aprende a estar organizado e intenta siempre
hacerte un programa detallado la noche anterior. Es posible que no lo
cumplas totalmente, pero el mero hecho de redactarlo te ayudará.
-
Guárdate de cometer dos calamidades: La prisa y la indecisión.
Levántate temprano por la mañana, son las mejores horas del día. Y al
anochecer resérvate unos minutos para meditar y tomar tus decisiones.
¡Si apagas la televisión, te sobrará tiempo por todas partes!
-
Imponte unas horas de trabajo, otras de ejercicio físico y deporte,
otras de descanso, buena música y oración. Dedica al menos diez minutos
de tu tiempo diario a una buena lectura. Recuerda que si el alimento es
necesario a la vida del cuerpo, también la buena lectura lo es para la
vida espiritual.
- Pero no caigas con los años en el error de
convertir el orden en un fin en sí mismo y no en un camino para vivir
más cerca de la perfección. No olvides que comer y dormir a ciertas
horas no es el fin de la vida, sino un medio de ordenarla. Entrégate de
lleno a una idea cuando sea necesario, a una conquista, a una lucha, a
todo aquello que te haga mejor y más libre.
- Aprende a obedecer y un día, cuando tengas la capacidad para ello, serás digno de poder mandar.
- Márcate unos principios en la vida. Y en lo esencial no los abandones
nunca. Con el tiempo el mundo te ofrecerá bienes y placeres que podrán
conquistarte, incluso de forma justificada, pero que empezarán a
deshacer lentamente la entereza y acerada voluntad del joven idealista
de un principio.
Camaradería
- Respeta a tus camaradas. Sé para ellos su mejor amigo. No dejes que elementos extraños os separen.
- Confía en la palabra de tu camarada. La nobleza te obliga a decir la verdad. Haz que él pueda confiar en ti.
- Huye de la murmuración; es el recurso del cobarde. Sólo un
enfrentamiento noble puede resolver cualquier duda. Habla francamente
delante de las personas, evitando herirlas.
- Ayuda a tus
camaradas. Siempre son ellos primero. El egoísmo acarrea la desunión y
la ruindad. Piensa en ellos y en sus necesidades como lo haces para ti
mismo.
- Una palabra amable cuesta muy poco, menos que una que no
lo sea. La amabilidad es un don precioso que ennoblece tanto al que
recibe como al que da.
- Mantén siempre tus principios, pero
acepta la opinión de los demás y sé flexible en lo accesorio. Si
aprendes a comprender serás comprendido. Si son superiores se impondrán
solos.
- Se severo contigo mismo y práctico para con los demás.
- Acepta a los hombres como son. No hay otros. Aprende a aceptarte como eres y a aceptar a los demás.
- Es cierto que un hombre cuanto más se entrega a los demás y menos
piensa en sí mismo más piensa en la perfección y en todos los beneficios
de Dios.
Voluntad
- Ejercita tu voluntad, ponte a prueba,
escoge siempre la parte más dura, la más difícil, la más arriesgada.
Quien no se arriesga no se impone. Así forjarás un cuerpo fuerte y una
voluntad inquebrantable.
- Siempre adelante. Camina, no pares. No dejes que tu espíritu se apague ante una derrota.
- La vida es una lucha continua que tiene sentido si la consagras a
hacer el bien, defender la belleza y proclamar la verdad, sin pensar
demasiado en las consecuencias. Saca fuerzas de flaqueza y planta cara
de nuevo. La victoria llegará con toda seguridad.
- Gula, pereza y lujuria destrozan al mejor luchador. Se siempre austero en el comer, en el beber y en tu forma de vivir.
- Debes combatir al Sistema y al vicio y la corrupción imperantes. Por
eso es importante que tengas coraje y fortaleza contra las trampas que
te presentará el mundo materialista. Debes hacer deporte, ser fuerte,
hacer de tu cuerpo un roble y a la vez un instrumento bello y flexible
tendente a la perfección y al servicio de tu alma.
- Aunque la perfección completa nunca es posible, tender a ella es un buen camino.
Guerra y Paz
- Desea siempre la paz como el mejor de los bienes y no dudes por ello
en utilizar la fuerza, si fuera preciso, para conseguirla. Busca siempre
una paz justa. Un estado de injusticia es un estado de lucha.
-
La guerra es terrible, pero necesaria cuando con ella se consiguen fines
justos que por otra vía no sería posible alcanzar. Es el último recurso
de un pueblo cuando no es libre. Si llega el caso, no la rehuyas. Lucha
pensando en los tuyos.
- Sé noble en la lucha. Es esta una
virtud que define a tu raza y que debe prevalecer en todo momento. Si
así actúas, incluso la derrota será una victoria para ti.
- Sé
siempre fiel. La fidelidad multiplica millares de veces el valor de tu
persona, ennoblece tu carácter, sirve de ejemplo a los demás y te
mantendrá siempre en el correcto camino.
Cantar
- Para poder cantar es necesario un especial estado de ánimo, una armonía en nuestra alma.
- No puede cantar quien va a robar, y tampoco puede hacerlo quien va a
cometer una injusticia y tiene el alma enrojecida por las pasiones y por
el odio o se encuentra carente de fe.
- Si no podéis cantar,
estad seguros que una enfermedad os roe en lo profundo de vuestro
espíritu o que la pureza de vuestra alma se va perdiendo, preocupada en
exceso por los bienes terrenales y las posesiones y negocios del mundo.
- Si no podéis purgaros apartaros a un lado y dejad vuestro puesto a quienes pueden cantar.
- No desesperemos pues del arte y hagamos sonar en los campos, en los
bosques, en los pueblos, en los arrabales, en las salas de trabajo, en
las ciudades y en las familias las canciones populares, nacionales,
políticas, tradicionales o religiosas compuestas para el pueblo y
cantadas por todos, fusionados en un sentimiento común admirable y
sublime.
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