12 de mayo de 2009

ALLA COMO AQUI


SON LOS MISMOS

Estos que pedían libertad de expresión para todos, democracia para todos e igualdad para todos a la hora de poder hacer llegar al pueblo las ideas y las diferentes propuestas. Estos que todo lo pedían y que no paraban de protestar, cuando han llegado al poder y se han instalado cómodamente en él, ya no recuerdan nada de aquello.

Ahora todo son prohibiciones. Todo lo que no sea “políticamente correcto” ha sido satanizado y, de este modo, entre dos partidos nacionales y tres o cuatro más nacionalistas y residuales se han repartido el pastel y todo lo demás ya les sobra.

Por eso se dedican a cambiar la Historia, como hacía el padrecito Stalin, que borraba de un plumazo aquello que no le gustaba cómo había sido y lo reescribía a su gusto. Esto les gusta mucho a los nuevos talibanes del siglo XXI, llevados por el odio, la revancha, la hipocresía y los peores sentimientos del ser humano.

Han satanizado el Alzamiento Nacional cívico-militar del 18 de julio, tanto en el “parlamiento” español como en el europeo, con el apoyo de la “derechona” tibia y cobarde, que ha vendido a sus padres y abuelos para congraciarse con la anti-España. Asfixian legalmente, políticamente, económicamente, muy “democráticamente” eso sí, a toda organización política, cultural o del tipo que sea que siga defendiendo las banderas y los ideales eternos, importándoles nada lo que diga la constitución que se sacaron de la manga y que no cumple nadie.

Ahora le ha tocado a la Abadía del Valle de los Caídos, a cuyos benedictinos no les llega ni un euro y están llenos de deudas que debía pagar Patrimonio Nacional. La idea es echarlos de allí para arrasarlo todo y poner un “museo de los horrores del franquismo”. Estos, que son los mismos que cometieron miles y miles de asesinatos en Europa cuando acabó la Segunda Guerra Mundial y “depuraron” a otros tantos cientos de miles. Estos marxistas de siempre que han asesinado, en el mayor holocausto de Historia, a más de 120 millones de personas, que se dice pronto. Estos socialistas y comunistas que ejercieron una represión alucinante después de cada una de sus victorias y que siempre se han dejado llevar por el odio, la venganza y la maldad (grandes cartas de presentación y de democracia).

Estos, que censuran los libros, quemándolos y multando y encarcelando a los editores en una inquisición “democrática” cínica y cobarde. Estos que han hecho desaparecer, por ejemplo el “Libro Negro del comunismo”, ahora inencontrable, donde se narraban todos sus “logros” y asesinatos millonarios.

Estos que quemaron todas la iglesias que pudieron, que asesinaron a 13 obispos y a 7000 religiosas y religiosos, y a más de cien mil personas, de las que se pueden dar nombres y apellidos (ahí está la investigación exhaustiva de Rafael Casas de la Vega “Masacre”, pueblo por pueblo, y de la que ya salió el primer volumen, o el Santuario de la Gran Promesa de Valladolid, donde están consignados todos los nombres de los asesinados). Estos, que cometieron la mayor persecución religiosa de la historia de la humanidad, que robaron todo el oro y la plata del Banco de España y todas las cajas del Monte de Piedad y de la totalidad de los bancos. Estos que destrozaron todo el Patrimonio Nacional que pillaron y que decían: ¡Muera España! ¡Viva Rusia! Y muchas barbaridades más irrepetibles. Hay que recordárselo siempre.

Estos, que son peores que los talibanes con sus actuaciones, estos son los que quieren hacer museos de los horrores. Para museo de los horrores que se miren al espejo o que lean la verdadera Historia de sus bajezas, canalladas, traiciones, hipocresías y mentiras, su arma preferida. Estos son los mismos de siempre, qué caray…

María del Pilar Amparo Pérez García (Pituca)

http://elalcazardigital.blogspot.com/


1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto es algo que nunca va a cambiar y sobre todo en España que su caciquismo socialista no deja ver nada mas que los que han sido durante toda su historia. Que dicho lo dicho a la historia me remito, este articulo lo describe perfectamente con pocos parrafos y no merece la pena dedicarles más letras.